Practicar fútbol, ya sea de forma amateur o profesional, implica interactuar con distintos tipos de personas.
La presión por ganar, el cansancio o los nervios pueden explicar ciertos roces o reacciones impulsivas. Pero, ¿qué pasa cuando un integrante muestra actitudes que exceden lo esperable y terminan afectando la armonía del grupo?

¿Te ha tocado jugar con alguien que siente que las reglas no aplican para sí?

Imaginá esto: sábado a la mañana, tu equipo amateur va perdiendo 1-0 y, en lugar de respetar la táctica, un@ compañer@ —que busca ser el héroe— intenta gambetear a medio equipo rival. Cuando falla, grita al árbitro, culpa al defensa y se niega a pasar la pelota en los siguientes diez minutos. ¡Ufff!

Se dice que el fútbol es un espejo de la vida. Y en ese espejo, a veces aparecen personalidades que desafían la cohesión grupal.
Aunque cualquiera puede tener un mal día, hay actitudes que, repetidas, desgastan mucho más de lo que se ve en la cancha.

En estos casos, podríamos estar frente a rasgos narcisistas pronunciados. No se trata de diagnosticar —eso corresponde a psicólog@s y psiquiatras—, pero reconocer ciertos patrones nos permite entender por qué algunas personas complican tanto el clima de equipo.

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Si… te resulta familiar:

Quizás conozcas a alguien que encaje en alguno de estos perfiles:

  • El «Protagonista Compulsivo»: insiste en jugadas individuales, ignora estrategias colectivas y se frustra si no recibe la pelota constantemente.

  • El “Crítico Inflexible”: cuestiona cada decisión del entrenador, menosprecia a l@s compañer@s menos habilidos@s y culpa a otros por los errores.

  • El «Intocable»: desoye normas básicas —como horarios de entrenamiento— y exige privilegios, argumentando que su talento lo justifica.

Seguro algún nombre o apodo te vino a la cabeza. No es casualidad: este tipo de comportamientos pueden indicar rasgos narcisistas que, en el contexto de un equipo, queman la paciencia colectiva.

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Vamos a lo estrictamente técnico.

Según el DSM-5, el Trastorno Narcisista de la Personalidad (TNP) se diagnostica cuando alguien muestra al menos cinco de los siguientes rasgos de forma persistente:

  • Exagera sus logros y espera ser reconocid@ sin méritos reales.

  • Fantasea con éxito ilimitado o superioridad.

  • Cree que solo personas «especiales» pueden entenderl@.

  • Necesita admiración excesiva.

  • Actúa con sentido de privilegio (por ejemplo, «las reglas no son para mí»).

  • Se aprovecha de otros para alcanzar sus propios fines.

  • Tiene dificultades para reconocer o identificarse con los sentimientos y necesidades ajenas.

  • Muestra envidia frecuente o cree que otr@s le envidian.

  • Presenta actitudes arrogantes o soberbias.

Tener a alguien así en el equipo puede sentirse como cargar una mochila llena de piedras durante todo el partido.

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Desafíos clave en equipos con jugadores narcisistas:

Relaciones tóxicas en el vestuario

Las críticas constantes y la falta de empatía erosionan la confianza, una pieza fundamental para el juego colectivo. Sin confianza, no hay pases precisos, no hay coberturas… no hay equipo.

Además, su necesidad de protagonismo suele generar divisiones internas, haciendo más difícil la cooperación. La atmósfera se vuelve densa, y trabajar en conjunto se convierte en una odisea.

Prioridades invertidas

Cuando el lucimiento individual importa más que el éxito grupal, las tensiones no tardan en aparecer.
Compañer@s pueden sentir enojo, angustia o frustración, y a veces se llega a excluir —de manera explícita o implícita— a quien genera este conflicto.

En el fútbol profesional, estas situaciones tienden a resolverse más rápidamente, ya que el trabajo en equipo está atado a intereses económicos. Si alguien “molesta demasiado”, suele ser apartado.
Sin embargo, esta no siempre es la primera ni la mejor opción.

Críticas = Crisis

Las correcciones suelen desatar reacciones explosivas: gritos al aire, actitudes pasivo-agresivas o desplantes teatrales.

Sin capacidad de autocrítica, el rendimiento no mejora: se repiten errores, se estanca la evolución técnica y emocional.

Con el tiempo, el grupo se desgasta. Aparecen las rivalidades internas, disminuye la concentración y el equipo pierde oportunidades de crecimiento, tanto en lo deportivo como en lo humano.

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¿Hay soluciones? Sí, ¡pero hay que accionar!

Estas son algunas estrategias validadas por expert@s:

  • Intervención psicológica deportiva: trabajar en la gestión emocional del jugador y en la comunicación asertiva del equipo (García-Más & Vicens, 2003).

  • Liderazgo firme y empático: entrenadores que equilibren autoridad con escucha activa (Casanova, 2017).

 

  • Refuerzo de la identidad grupal: celebrar logros colectivos por sobre los individuales.

  • Límites claros: corregir conductas disruptivas sin caer en la estigmatización.

Hace algunos años, jugué en un equipo profesional de Segunda División que, gracias a la implementación de estas medidas, logró mejorar de forma notable su rendimiento. La literatura y la investigación respalda ampliamente la efectividad de este tipo de intervenciones (Márquez, 2020).

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Conclusión: del conflicto a la oportunidad

La presencia de perfiles narcisistas no tiene por qué ser una sentencia de fracaso.
Con psicología aplicada, liderazgos adaptativos y una cultura de respeto mutuo, los equipos —amateurs y profesionales— pueden transformar el conflicto en crecimiento.


En próximos posts:

🧠 Cómo aplicar técnicas psicológicas en equipos amateur.
⚽ Casos de equipos que convirtieron crisis en campeonatos.
🛠️ Guía práctica para entrenadores: manejo de egos sin excluir.

Referencias

  • American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-5).

  • García-Más, A. & Vicens, P. (2003). La psicología del equipo deportivo: Cooperación y dinámica grupal. Universitat Autònoma de Barcelona.

  • Márquez, C. M. (2020). El narcisismo en el deporte: características e impacto en la dinámica grupal. Revista Psicología del Deporte.

  • Casanova, J. G. (2017). Dinámicas de grupo y rendimiento deportivo: Un análisis psicológico. Revista de Psicología Aplicada al Deporte.