El Espacio Terapéutico puede ser muy poderoso para explorarnos, conocernos y sanar. Sin embargo, el trabajo de crecimiento personal no se limita solamente a la consulta con @l terapeuta.
Lo que hagas entre sesión y sesión es fundamental para mantener y mejorar tu salud mental.
Algunas estrategias prácticas de autocuidado son muy recomendables para incorporar en tu rutina diaria, y así seguir avanzando en tu camino hacia una vida más sana, “equilibrada”, y satisfactoria.
1. Practica la Atención Plena (Mindfulness)
Como he explicado en publicaciones anteriores, la atención plena es una herramienta muy útil para mantenerte en el presente. De esa manera vas a poder gestionar el estrés más eficientemente.
Alcanza con sólo dedicar unos pocos minutos todos los días a simplemente estar presente, observando tus pensamientos y emociones sin juzgarlos.
Hay varias formas de hacerlo como por ejemplo la meditación, la respiración consciente, o simplemente prestando atención plena a tus actividades cotidianas, como comer o caminar.
Seguramente con tiempo y práctica vas a reducir la ansiedad y mejorar tu claridad mental.
¿Por qué es efectivo? En el momento presente “no existe” el pasado o el futuro. Reducir la rumiación sobre el pasado y la preocupación por el futuro puede disminuir los niveles de estrés y aumentar la sensación de bienestar.
2. Diario de Reflexión
Muchas personas encuentran de gran ayuda escribir un diario porque además de ser un medio para expresar lo que sienten, también ayuda a procesar las experiencias de una manera más profunda.
Existen registros específicamente diseñados para anotar los pensamientos y emociones después de cada sesión de terapia, y así reflexionar sobre lo que vas aprendiendo, y las maneras en las que vas aplicando éstos aprendizajes en tu vida diaria.
¿Por qué es efectivo? Puede ser una forma útil para liberar emociones reprimidas plasmandose en el texto, y así aclarar pensamientos confusos.
Además, es de gran utilidad para hacer un seguimiento de tu progreso a lo largo del tiempo, lo cual puede ser muy motivador.
3. Ejercicio Físico Regular
Existe una conexión indiscutible entre el cuerpo y la mente. De hecho resulta dificil establecer fronteras claras entre ambos.
Hacer ejercicio físico regularmente, (caminar, correr, practicar yoga, o cualquier otra actividad que disfrutes), puede tener un impacto muy positivo en tu salud mental.
El ejercicio libera endorfinas, que son conocidas como las hormonas de la felicidad, y puede ayudarte a reducir la ansiedad y mejorar tu estado de ánimo.
¿Por qué es efectivo? Los beneficios físicos, influyen en la autopercepción y pueden mejorar la autoestima, reduciendo el estrés, además de darte la oportunidad de alcanzar un sentido de logro y propósito.
Son recomendables los deportes en equipo.
4. Conexión Social
¡Este punto es muy importante!
Durante la Pandemia confirmamos que el aislamiento puede generar y/o agravar problemas en la salud mental.
Mantener conexiones con personas que nos apoyen y comprendan, ya sea mediante conversaciones en persona (es lo que más recomiendo), o bien en llamadas telefónicas, o mensajes nos ayuda a no quedar aislados y podemos cambiar de foco, escuchar otras experiencias, darnos cuentas de cosas que no habíamos tenido en mente, etc.
Al compartir tus pensamientos y experiencias con alguien de confianza te abres a nuevas perspectivas y accedes a un apoyo emocional que es esencial.
¿Por qué es efectivo? Desde la Neurociencia se explica que la interacción social estimula la liberación de oxitocina, lo que ayuda a disminuir los niveles de estrés, aumentando la confianza y reduciendo el miedo social.
Esencialmente necesitamos crear un sentido de pertenencia y apoyo emocional porque refuerza nuestra sensación de bienestar y efectividad social.
5. Cuida tu Alimentación y Sueño
La Alimentación y el Sueño Adecuados son fundamentales para que “la máquina” (el cuerpo) esté en condiciones de afrontar el día a día, y por consiguiente son la base de una buena salud mental.
Es necesario que trates de mantener una dieta lo más equilibrada posible (sin obsesionarte) y establecer una rutina de sueño que te permita descansar lo suficiente (lo recomendable son las famosas ocho horas).
Asimismo el consumo excesivo de cafeína, alcohol, u otras drogas como el tabaco, la marihuana, etc. pueden afectar tu estado de ánimo y tu energía.
¿Por qué es efectivo? Un cuerpo bien nutrido y descansado es más resiliente ante el estrés y nos permite gestionar de manera más eficiente emociones difíciles.
Entonces…
El autocuidado es un componente esencial de cualquier proceso terapéutico.
Las personas estamos compuestas por una multidimensionalidad de la que tenemos que ser conscientes.
Estas prácticas nos ayudan a mantener el bienestar entre sesión y sesión, y además fortalecen tu capacidad para manejar los desafíos emocionales que puedan surgir.
La terapia es un viaje, y cada pequeño paso del camino es importante para alcanzar tu bienestar.
Referencias y Lecturas Recomendadas:
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Mindfulness y Atención Plena:
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Mayo Clinic: La Mayo Clinic ofrece una guía completa sobre los beneficios de la atención plena y cómo practicarla. Puedes leer más aquí.
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Beneficios del Diario de Reflexión:
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Psychology Today: Este artículo explora cómo escribir un diario puede mejorar la salud mental, incluyendo estrategias para empezar. Más información aquí.
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Ejercicio Físico y Salud Mental:
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Harvard Health: Harvard Health proporciona un análisis detallado sobre cómo el ejercicio afecta positivamente el estado de ánimo y reduce la ansiedad. Puedes leer el artículo completo aquí.
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Conexión Social y Salud Mental:
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National Institutes of Health (NIH): Este recurso del NIH destaca la importancia de las conexiones sociales para la salud mental y el bienestar. Más detalles aquí.
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Alimentación, Sueño y Salud Mental:
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- Sleep Foundation: La Sleep Foundation explica cómo la calidad del sueño afecta la salud mental y ofrece consejos para mejorar el descanso. Puedes leer más aquí.
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