Los humanos hemos ido cambiando durante cientos de miles de años.

Somos homínidos evolucionando, con una gran capacidad para aprender de las situaciones que nos plantea el ambiente, modificándolo si es necesario. Nuestra evolución se ve en cambios adaptativos traducidos en comportamientos que conforman “nuestro estilo de vida como especie”.

Socialización y Civilización.

Construimos herramientas, creamos rituales, usamos primero el lenguaje y luego la escritura, logrando organizarnos para asegurar nuestra supervivencia. Con el tiempo los grupos humanos fuimos creciendo para establecernos de maneras más sofisticadas, expandiendo los grupos nucleares, hasta formar lo que conocemos como comunidades, pueblos, ciudades, naciones, imperios, etc.

Como seres sociales nos enfrentamos a problemas y conflictos que debemos resolver para seguir adelante, bajo condiciones que posibiliten nuestro desarrollo y reproducción física o cultural. Si bien es cierto que hemos aprendido a dominar las amenazas del ambiente, parece ser que hemos “cambiando roles” con éstas, transformándonos a su vez en LA amenaza ambiental que pone en riesgo nuestra propia supervivencia.

El proceso evolutivo es lento, no es lineal o predecible, y nos enfrenta a grados relativos de libertad de decisión. Sabemos que existen emociones y respuestas humanas producto de la evolución filogenética, y que tienen la utilidad de protegernos de daños potenciales.

Es así que sentimos ansiedad, miedo, o enojo, etc. para al menos estar preparados para huir de la amenaza o luchar contra ella. Los Trastornos de Ansiedad, Trastornos del Estado de Ánimo, Trastornos de la Personalidad y más, se relacionan directamente con cómo percibimos el ambiente y cómo procesamos esa información.

Además influye nuestra predisposición temperamental, pero fundamentalmente elementos contextuales que condicionan la manera en la que aprendemos a “pararnos frente al mundo, ante nosotros mismos y ante los demás”

Es esencial desarrollar una respuesta adaptativa y saludable a los estímulos del entorno para no estar en estado de alerta constante. De esta manera podremos evitar el desgaste Psicofísico y sus consecuencias emocionales, vinculares, médicas, económicas, etcétera.

Existen varias maneras de aprender a controlar la respuesta ansiosa y su efectividad depende muchas veces de cada persona.

Sin embargo todas comparten el entrenamiento de la respuesta Parasimpática, es decir aprender a salir voluntariamente del estado de tensión, hiperventilación, hiper-reflexión, pensamiento catastrófico, etcétera.

A continuación comparto links y un Video con recursos interesantes para acceder a algunas de estas técnicas:

La práctica de Mindfulness (Atención plena)

4 Ejercicios de Respiración para Reducir la Ansiedad.

Referencias

Beck, A. T., Clark, D. A. (2012). Terapia Cognitiva Para Trastornos De Ansiedad, Ciencia y Práctica. Ed. Desclée de Brouwer, ISBN: 978-84-330-2537-1

Bulbena, Antonio. (2018). Ansiedad: la Re-Evolución . TEDxJardinsdeLaribal. https://www.youtube.com/watch?v=TgIDg69IJaU

Moreno, Nicolás. (2008). La práctica de Mindfulness (Atención plena). http://www.nicolasmorenopsicologo.com/tratamientos/centro_articulos.htm#MINDFULNESS

Sanchez, David. (2017). Relajación Muscular Progresiva de Jacobson. https://www.youtube.com/watch?v=eu-2iWv_fCM&feature=emb_logo